lunes, 22 de julio de 2013

A LA BÚSQUEDA DE UN PARTIDO


Habiendo recogido el guante casi retador de mi amigo Miguel, de EQUO, y tratando de cumplir escrupulosamente con las recomendaciones, o más bien sugerencias, que como conclusión a mi último artículo yo mismo reseñaba ("Onanismo Mental"), sosegadamente, he recapitulado y estudiado, con el merecido detenimiento y detallada contrastación, las diferencias ideológicas entre las distintas opciones políticas que los partidos hoy ofrecen a la ciudadanía interesada.

He de confesar que mi formación filosófico-política está, básicamente, fundamentada en los viejos pensadores griegos (Sócrates, Aristóteles, Platón, etc), en Thomas Moro, en Marx (ayudándome, para su mejor comprensión, de Marta Harnecker), en Engels y Bakunin, en Antonio Gramsci, continuando con Kant, Schopenhauer, Pitigrilli, etc. Es decir, supongo que el correspondiente más habitual camino de instrucción política.

Indico esto porque con ello vengo a reconocer mi desactualización sobre los más recientes movimientos ideológico-políticos (ecologismo, socioecologismo, ecosocialismo), sus razones natales respectivas y sus perspectivas de viabilidad real, el nada banal significado diferencial de su nomenclatura, sus importantes matices distintivos y sus también muy posibles contrarias formas de práctica política.

Gracias a la aportación informativa -bibliográfica- de mi amigo, Miguel, he podido incrementar a mi escaso (y a lo visto, insuficiente) conocimiento de la ciencia política, sus más recientes y considero que muy fundamentales y fundamentadas aportaciones.

Con la suficiente recopilación de datos, actualizados, sobre prácticamente todas las opciones del pensamiento político actual, he podido (sólo así), contrastar mi propia y creo ya inamovible ideología con el abanico (he de reconocer que bastante más amplio que en tiempos pasados) de opciones existentes a día de hoy.

De entre el, a veces, bastante nebuloso escaparate ideológico, estoy seguro de haber encontrado la llamada "horma" a mi zapato en el ECOSOCIALISMO.

A lo que he podido verificar, mi pensamiento socialista es perfectamente ensamblable con el ecologismo (medioambientalismo -favorable a las energía renovables y absoluta repulsa nuclear-) y mi defensa, activa, del animalismo. Soy defensor de la equidad, del pacifismo, de la solidaridad global, de la economía sostenible y del bien común, y de la producción económica a favor de la eficiencia, la sobriedad, la cooperación, la redistribución, la autoproducción (cuando se dan las circunstancias favorables), la reutilización y el reciclaje.

Por otra parte y no menos importante, observo que uno de mis grandes "handicaps" sufridos hasta mi hartazgo final, la verticalidad interna, oficialmente aceptada y ejercida en mi prolongada experiencia anterior (insoportable e inaceptable por mí), no habría de revivirla (sus frecuentes manipulaciones asamblearias, "pucherazos", "hirientes codazos trepistas", oscurantismo informativo, organización piramidal, etc). La horizontalidad es, al menos, la praxis oficial del ECOSOCIALISMO, tanto a nivel interno, como a nivel social, lo que me identifica con mayor plenitud.

Una vez llegado a esta conclusión final y repasado el panorama actual de la oferta política española, tengo que aceptar que la ideología y métodos declarados por EQUO (cómo no, el partido de mi amigo, Miguel), coinciden, en su práctica totalidad, con mi muy consolidado ideario político.

Concluyendo, por pura coherencia y pragmatismo, trataré de serles de alguna utilidad como colaborador militante ...

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